Supongo que, antes de ir al tema que da título a la entrada, tengo que mencionar varias cosas.
La semana Mordorosa del Copón Infecto que pasé en Londres con el enano: ¡Qualquier otro acompañante hubiera perecido en el intento! Supongo que el Karma decidió que, una vez empiezas a contares historias a tus nietos, no van a dejar de pedírtelas y optó por proporcionarnos unas cuantas en forma de Anécdotas de la Semana que El Enano y el Hada Abrigada Pasaron en un Hostel Infecto del Centro de Mordor Haciendo Exámenes en Territorio Español.
No tuvo desperdicio.
Volví a la rutina un poco deprimida, a pesar de todo lo que había echado de menos Cork... la vida de la aupair es, en cierto modo, un cautiverio. Uno muy lovely, con muchas sonrisas de niños y abrazos, pero en los que el frigorífico no es tu frigorífico, y la moqueta que aspiras tampoco es la tuya.
Así que M. y yo propusimos en deadline, que concidía con el fin de mi contrato de aupair: dos meses. Para Mayo, casa y curro. Casi nada. Y otro: mañana (que es hoy) tienes la charla con tu hostmom.
Pues he tenido la charla con mi lovely hostmom y ya puede darse prisa con el beeping justificante de residencia después de la que me ha soltado.
Opina, por supuesto, que es muy lovely que me quiera quedar. Y que, ah si, que el uno de abril se van de vacaciones y La novia del Hostgrandpa llega antes de lo que pensábamos y que... que mi contrato acaba en día 1 en vez de en día 30.
¿Y se puede saber a qué cojones ha estado esperando para decírmelo?
Mosqueo aparte,
la questión es que ahora tengo un mes para encontrar trabajo y piso y compañero de piso y... ARGH. Un Mes. Y Todavía No Tengo PPS.
Se me está creando una ulcera.
Una muy lovely.
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