Monday 28 January 2013

Que se note que, aparte de pasarme la vida hablando de cucharas, soy aupair.

Yo no sé que leches le pasa a Erre pero últimamente, "cranky" es poco.
Y enseñarle a hacer punto a una criatura de seis años que te ha dicho que no necesita que le ayudes mientras juegas a shop assistants con una de tres no es particularmente sencillo.
Estás luchando con ello cuando aparece tu hostmom y te pregunta cuándo te vas a hacer los exámenes con cara de susto, y ves como se le cae el mundo cuando le contestas, porque, sí señores, mi semana de exámenes coincide con las mid-term holydays, y yo lo siento mucho pero me alegro considerablemente, ¡que ya sabemos las aupairs lo que las vacaciones implican!

A las seis y cinco una se va a subir a estudiar pero aparece súbitamente Ka y anuncia que ha traído las shelves para la habitación de las niñas de las que tanto has oído hablar... y tú te das cuenta de que A es una lady y él no las va a subir solo. Ya os contaré mañana como de moradas amanecen mis manos.
Cuando todavía no has recuperado la respiración tienes tres niños llamándote, para que les ayudes a encontrar sus zapatos, enseñarte los trofeos de taekwondo y preguntarte si pueden ver Peppa Pig en tu /'pju:.təʳ/

Y mientras todo esto y mil cosillas más pasan en tu vida de pancha, tienes que estudiar, escribir un par de mails, hacer Skype a casa, redactar dos cosillas, acumular cucharas para eventos posteriores de la semana, pedirle a tu hostmom un justificante de residencia, escribir tu currículum, y hacerte mapas conceptuales para enterarte de lo que pasa en tu vida, porque no te da (-n las cucharas) para seguir el ritmo de los acontecimientos, las conversaciones y los silencios.

A eso, gracias a quién sea, hay que añadirle pequeños detalles que te sacan sonrisas, como que Ele se te duerma en el regazo antes de acabar de decirte que estás nice and warm, ir a maldecirte porque se te olvidó comprar café y ver que alguien se acordó de ti, ver que una discusión de vez en cuando forman parte de la amistad (porque M. y yo no somos, por mucho que G. diga, una única persona desdoblada), que haya quién se acuerde de ti y te haga favores sin que tú se lo pidas, darte cuenta de que estás haciendo cosas bien y la gente lo agradece.

Todo lleva a que una se pregunte (como tantas veces ha hecho en su vida) quién le manda meterse en semejante berenjenal. "Who asked me to get into such an aubergine patch?".

The very worst of it all es que I actually feel way more like myself when a certain level of anxiety me consume.


P.S.: Pillándole el puntillo a la Sociolingüística, after all.

1 comment:

  1. Sé que esto es evidente, pero lo voy a decir de todas maneras: Si discuto algo contigo es porque somos amigas y eso siempre va a estar por encima de cualquier discusión, si no, te puedo asegurar que no me tomaría la molestia de discutirte nada. Eso sí, como ya habrás notado, si preveo que voy a decir algo en caliente, por mi parte la discusión se acaba ahí hasta que haya reflexionado sobre la situación.

    Me alegro de que algo o alguien te empujara a este berenjenal, que no es lo mismo que tirarse a las zarzas, you know ;P

    xx

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